Bajo el sol de la Toscana: algo más que la belleza de Italia
Bajo el sol de la Toscana es una película basada en el libro homónimo de la escritora estadounidense Frances Mayes.
Mientras que en otros casos las adaptaciones se presentan como una copia fiel al libro que le dio origen, en este caso la guionista Audrey Wells realizó un excelente trabajo. Tomó como inspiración la novela de Mayes para transformarlo en un cálido filme que nos hace soñar.
Frances, interpretada por Diane Lane, es una mujer que debe afrontar de manera abrupta e inesperada la infidelidad de su marido. Vive en un edificio tan patetético como quienes lo habitan, es escritora y pasa por un bloqueo.
Una pareja de amigas le regala un tour por la Toscana donde la mujer se enamora a primera vista de la villa Bramasole.
Dejándose llevar por un impulso compra esta casa destruida por el paso del tiempo gastando todos sus ahorros en el proyecto de reconstruir lo que sería su nuevo hogar.
Mientras trabaja duro para lograr su objetivo, se hace de nuevas amistades, se enamora y sufre alguna que otra desilusión.
Bajo el sol de la Toscana es una película de 112 minutos de duración, inyecta optimismo al espectador y es ideal para disfrutar mientras se bebe el té de la tarde, un cappuccino o el tradicional «espresso italiano».
El elenco está formado por Diane Lane (“Unfaithful”, “Man of Steel”) como Frances, Sandra Oh (“Grey’s Anatomy”, “Sideways”) como Petti, Lindsay Duncan (“Birdman”, “About Time”) como Katherine, Raoul Bova (“AVP: Alien vs. Predator”, “I Medici”) como Marcello y Roberto Nobile (“Habemus Papam”, “Tickets”) como Placido, entre otros.
Como dijimos anteriormente, el guión estuvo a cargo de Audrey Wells (“Guinevere”, “The Hate U Give”), quien también dirigió esta película.
Entre los productores encontramos a Tom Sternberg (“The Talento Mr. Ripley”, “Apocalypse Now”), Katie DiMento (“Justifield”, “SEAL Team”) y la misma Audrey Wells.
Pero fue gracias a Sternberg que nació este film. Corría el mes de noviembre de 1998 y el productor estaba en la ciudad de Pienza (Toscana) asistiendo a los últimos días de rodaje de la película “El talento de Mr. Ripley” (1999) cuando decidieron ir con Matt Damon y Anthony Minghella (actor y director respectivamente) a una bodega cercana donde se encontraron por casualidad con Frances y Ed Mayes. Sternberg es un gran admirador de la escritora y disfrutó mucho leyendo su libro. La película vio la luz en el año 2003.
Un excelente libro de viajes y gastronomía
“Under the Tuscan Sun” cuenta la experiencia que la profesora, escritora y poeta Frances Mayes y su esposo Ed vivieron cuando decidieron comprar una casa en Italia.
Y pinta al país tal cual es.
Pongamos un ejemplo, el funcionamiento de los bancos:
“Ese saco de dinero se ha enviado a través de una transferencia desde California, pero todavía no ha llegado. ¿Cómo puede ser eso? —pregunto en el banco—, cuando se envía una transferencia, llega instantáneamente. Más encogimientos de hombros. Tal vez lo están reteniendo en la central de Florencia. Pasan los días. Llamo a Steve, mi corredor de California, desde un bar. Tengo que gritar para que me oiga por encima del ruido de un partido de fútbol que pasan por la televisión.
‘Tendrás que comprobarlo desde allí —me responde también gritando—. De aquí salió hace tiempo ya.’
(…)
“Finalmente el dinero llega, se abre la cuenta. Sin embargo, no tienen cheques para darnos. Este enorme banco, la central de docenas de sucursales en el centro dorado de Italia, no tiene cheques. ‘Tal vez la semana que viene —nos explica la signora Raguzzi—. Por el momento, nada.’ Estamos que echamos chispas. Dos días más tarde, llama. ‘Tengo diez cheques para ustedes.’ ¿Qué problema tienen con los cheques? En casa puedo pedirlos a montones. La signora Raguzzi, con su falda estrecha y su camiseta ceñida, nos los entrega uno a uno”.
Esta experiencia el matrimonio Mayes la vivió a inicios de los años ‘90, podemos decir que en la actualidad nada cambió.
Pero pasemos a las cuestiones que hacen que muchos de nosotros nos hayamos enamorado del Bel Paese, como sus paisajes, sus perfumes, sus tradiciones y, por supuesto, su comida.
Los capítulos dedicados a la cocina son imperdibles. Frances los divide en cocina de verano, de invierno… en antipasti, primi piatti, secondi y dessert (postre).
Todo el encanto de Italia se puede apreciar Bajo el sol de la Toscana
“En una ocasión, en primavera, hice un cursillo de cocina con Simone Beck en su casa de Provenza, y dijo cosas que nunca olvidaré.” (…)
“Aquí he aprendido que la simplicidad es liberadora.” (…) “Como todos los cocineros saben, los ingredientes que ofrece cada estación son la mejor guía. La mayor parte de lo que preparamos es demasiado sencillo para llamarse receta…, es la forma de hacerlo lo que cuenta. Hago una variante del omnipresente prosciutto e melone con higos abiertos. La sopa fría de tomate consiste únicamente en unas hierbas picadas, principalmente albahaca, y tomates maduros añadidos a un caldo de pollo que se deja enfriar en la nevera. Aso cabezas enteras de ajo en un plato de terracota con un poquito de aceite de oliva… Después me encanta frotar el ajo en el pan. Uno de los mejores platos de pasta se hace con espagueti mezclados con jaramago picado, crema y pancetta picada; después se espolvorea un poco de parmigiano. Las judías verdes con olivas negras, hinojo crudo picado, cebolletas y una suave vinagreta o zumo de limón deben de ser una de las mejores cosas que pueden pasarle a una judía verde. Uno de los inventos de Ed no podría ser más sencillo: abre unos higos, vierte por encima un poco de miel, los pone en la parrilla y después los baña con crema. Los melocotones a rodajas con mascarpone endulzado y tropezones de galletas amaretti son un postre socorrido. Algunos de nuestros platos favoritos son algo más elaborados, aunque no tanto como para que me arrepienta de haberme metido en la cocina.”
Uno de mis capítulos preferidos es cuando la escritora habla “delle bruschette”. Da varias recetas en donde el aceite de oliva juega un papel fundamental. Es increíble, pero desde que vivimos en Italia fuimos apreciando cada vez más el aceite de oliva; no es que antes lo ignoráramos, recuerdo que jamás faltaba en la casa de mis abuelos, pero estando aquí se saborea de una manera diferente.
“A menudo sirvo crostini con pasta de ajo y un camarón a la parrilla sobre cada uno. Las bruschette son rebanadas de pan corriente sumergido brevemente en aceite de oliva, tostado o asado y luego frotado con un diente de ajo. En verano, se utiliza con frecuencia como primer plato o aperitivo, con tomate troceado y albahaca. Preparar las robustas bruschette de invierno en el hogar es muy divertido. Cuando nos visitan los amigos, a menudo descorchamos un fuerte vino nobile.”
La pareja compuesta por Ed y Frances pasaron por tantos sacrificios y experiencias de diverso calibre como la protagonista de la película del 2003 pero, para su fortuna, ellos eran dos.
El párrafo siguiente me recuerda lo que nos cuenta y muestra nuestra hija, que estudia en Lajatico (una localidad cercana a la ciudad de Pisa, en la Toscana), cuando hacemos videochat los domingos por la tarde:
“Al final del camino, un sendero que se adentra en los bosques lleva a nuestra calzada romana favorita. Supongo que la hicieron los esclavos. Cuando oí hablar de la calzada romana que pasaba cerca de nuestra casa, di por sentado que era única. Poco después, vi un libro bastante voluminoso sobre las muchas calzadas romanas que hay por esta zona. Mientras camino, trato de imaginar los carros que bajaban la colina, aunque ahora lo único que podría encontrar por aquí sería un cinghiale, un ‘jabalí’. Hay una corriente a la que todavía le queda un hilo de agua. Tal vez un mensajero romano al borde del colapso se detuvo aquí una vez a refrescar sus pies como hago yo, cuando se dirigía hacia el sur con noticias sobre el avance de la muralla de Adriano.”
Nosotros siempre le hacemos bromas diciéndole que ella vive entre los “chinghiali” y los siervos, sonríe y nos cambia de conversación. ¡Y no es para menos!, si se encuentra rodeada de un paisaje envidiable.
Bajo el sol de la Toscana fue publicado en 1996, vendió 2 millones de ejemplares en los Estados Unidos y estuvo 126 semanas en la lista de los Libros más Vendidos en el “New York Times”. Además fue best seller en Italia, España, Reino Unido, Francia y Holanda, entre otros tantos países. Cuenta con 227 páginas en su formato e-book.
Estoy segura de que lo van a disfrutar.
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