Drácula para todas las edades
Hoy traemos una película para los más chicos: Hotel Transylvania y un libro para sus padres: La Historiadora, de Elizabeth Kostova. Los dos tienen al Conde Drácula como parte de la historia pero de una manera muy distinta.
Hotel Transylvania (2012)
Este filme, dirigido por Genndy Tattakovsky (Samurai Jack, Star Wars: Clones Wars, serie TV) es fresco y divertido, aunque toca un tema que a quienes tenemos hijos adolescentes nos llega muy de cerca porque Mavis, la única hija del Conde Drácula, cumple 118 años, o sea, la mayoría de edad y está decidida a salir al mundo e interactuar con los seres humanos.
El padre, quien tuvo la desgracia de perder a su esposa cuando la niña era todavía un bebé, hace todo lo posible para retenerla, incluso llega a mentirle “por su bien”.
El padre y su hija viven en un hotel que el Conde construyó en lo alto de una montaña, lejos de los humanos y donde van solo monstruos. Aquí disfrutan de buenos momentos de relax en compañía de sus familias el Hombre Invisible, Frankenstein, Quasimodo, el Hombre Esqueleto, Murray la Momia, Grim “Death” Reaper y una serie de simpáticos zombis, entre otros encantadores monstruos.
El filme nos muestra los preparativos para el cumpleaños 118 de Mavis y la llegada inesperada de un joven humano de nombre Jonathan, a quien todos creían un monstruo por la sencilla razón de que a ese lugar no iban los humanos. El “flechazo” que se produce entre los dos jóvenes cuando se vieron por primera vez sorprendió al padre protector sacándolo de la estructura en la que vivía hasta ese momento.
Entonces se suceden graciosas y divertidas situaciones que mantienen entretenidos durante 90 minutos tanto a chicos como a grandes.
Si bien la plataforma donde encontramos Hotel Transylvania es Amazon Prime Video, detrás de la voz del Conde Drácula está la “estrella” de Netflix, Adam Sandler (Grown Ups, Big Daddy); lo acompañan Selena Gomez (Montecarlo) como Mavis, Kevin James (The King of Queens, Pixels) como Frankenstein, Andy Samberg (Popstar: Never Stop Never Stopping, Saturday Night Live) como Jonathan, David Spade (Just Shoot Me, Joe Dirt) como el Hombre Invisible, Steve Buscemi (The Big Lebowski, Fargo) como Wayne, el Hombre Lobo y Molly Shannon (Me and Earl and the Dying Girl, We don’t belong here) como Wanda, la Señora Lobo, por nombrar solo a algunos miembros del elenco.
Como ya dijimos, el director de Hotel Transylvania es Genny Trattajkovsky; el productor, Michelle Murdocca y los guionistas, Peter Bayhman y Robert Smigel.
Se trata de una película de animación por computadora en 3D que tiene como única pretensión entretener a toda la familia, y lo consigue. Está producida por Sony Picture Animation y fue distribuida por Columbia Pictures.
La historiadora, Drácula por Elizabeth Kostova
La Historiadora, libro de la americana Elizabeth Kostova (Connecticut, USA, 1964) es fruto de diez años de investigación por parte de la autora. Y cuenta la posible existencia del Conde Drácula partiendo de la leyenda de Vlad, el Empalador y llegando a nuestros días.
El libro inicia en 1972 cuando la joven que narra la historia tenía dieciséis años y se encontraba en Amsterdan, su lugar de residencia. La chica, huérfana de madre y con un padre, Paul, que viaja continuamente por motivos laborales, encuentra en su casa unas cartas que le resultan inquietantes. A través de estas descubre una parte del pasado de su progenitor que desconocía; el primer párrafo de “la carta situada encima de las demás” comienza así:
“12 de diciembre de 1930
Trinity College, Oxford
Mi querido y desventurado sucesor:
Con pesar te imagino, seas quien seas, leyendo el informe que debo consignar en estas páginas. En parte lo lamento por mí, porque sin duda me veré metido en dificultades, estaré muerto, o algo peor, si esto llega a tus manos. Pero también lo lamento por ti, mi todavía desconocido amigo, porque sólo alguien que necesite una información tan horripilante leerá esta carta algún día. Si no es mi sucesor en algún otro sentido, pronto será mi heredero, y me apena transmitir a otro ser humano mi experiencia de la maldad, acaso increíble. Ignoro por qué la heredé, pero espero descubrirlo a la larga, tal vez mientras escribo esta carta, o tal vez en el curso de futuros acontecimientos”.
A partir de aquí, la joven busca acercarse más a su padre y viajar con él, quien acepta a regañadientes porque, si bien amaba a su hija, la protegía sobremanera y buscaba que siempre estuviera segura entre los muros de la Escuela Internacional de Amsterdam o bien en su casa, con la señora Clay, una institutriz inglesa quien, según cuenta la joven, era “experta con el plumero y torpe con las adolescentes”.
Y el viaje entre Paul y su hija comienza en la ciudad de Emona, nombre romano de la misma, para continuar por Italia: Ragusa y Siena son algunas de las maravillosas ciudades que visitarán.
El libro abarca tres escenarios cronológicos: la época en que Paul era estudiante y la misteriosa desaparición de su mentor, el profesor Bartholomew Rossi; la historia del mismo Profesor Rossi en sus años de juventud y la de la hija de Paul; todos ellos académicos.
Podemos decir que el libro, por una parte, es una novela histórica, ya que toma épocas de la historia y personajes que existieron realmente:
“Construido más alto que las águilas —musitó mi padre—. Como sabes, el águila es un símbolo cristiano muy antiguo, el símbolo de san Juan. Mateo, san Mateo, es el ángel, y Lucas es el buey, y san Marcos, por supuesto, es el león alado. Ese león se ve en todo el Adriático, porque es el patrón de Venecia. Sujeta un libro en sus garras. Si el libro está abierto, la estatua o el relieve fue tallado en un momento en que Venecia vivía en paz.
Cerrado, significa que Venecia estaba en guerra. Lo vimos en Ragusa, ¿te acuerdas?, con el libro cerrado, sobre una de las puertas. Y ahora hemos visto el águila, que custodia este lugar. Bien, necesita guardianes”.
Pero también es un libro de viajes porque a través de él podremos recorrer Francia, Reino Unido, Estambul, Rumania, Bulgaria e Italia:
“Pensé con pesar que, en los tiempos de Rossi, unos cuarenta años antes de que bajáramos del autobús en Broad Street, en Oxford debía vestirse con más dignidad.
Entonces vi por primera vez un colegio mayor, que se alzaba sobre su recinto amurallado bajo la luz de la mañana, y cerca de éste la forma perfecta de la Cámara Radcliffe, que tomé al principio por un observatorio pequeño. Al otro lado se elevaban las agujas de una gran iglesia color pardo amarillento, y a lo largo de la calle corría una pared, tan vieja que hasta los líquenes parecían antiguos”.
Una novela policíaca porque sus personajes se mueven siguiendo pistas (un poco al estilo «El Código Da Vinci») y, en esta historia, es necesario tener presente el libro con las páginas en blanco:
“Una noche de primavera, cuando todavía era estudiante, estaba en mi cubículo de la biblioteca de la universidad, solo, a una hora ya avanzada, entre hileras e hileras de libros.
Levanté la vista de mi trabajo y me di cuenta de repente de que alguien había dejado un libro, cuyo lomo nunca había visto, entre mis libros de texto, que descansaban sobre un estante encima de mi escritorio. El lomo de este nuevo libro plasmaba un pequeño dragón muy elegante, verde sobre piel clara.
No recordaba haber visto el libro, ni allí ni en ninguna otra parte, de manera que lo bajé y examiné sin pensarlo dos veces. Estaba encuadernado en piel suave y descolorida, y las páginas del interior parecían muy antiguas. Se abrió con facilidad por el centro exacto.
Ambas páginas estaban ocupadas por la xilografía de un dragón con las alas desplegadas y una larga cola enroscada, una bestia rabiosa y enfurecida, con las garras extendidas. De las garras del dragón colgaba una bandera con una sola palabra en letras góticas: DRAKULYA. (…) Yo estaba estudiando el comercio en la Amsterdam del siglo XVII, de modo que no se me ocurrió ningún motivo para que un libro sobre ese tema estuviera mezclado con los míos, y decidí que lo habrían dejado allí sin querer, tal vez alguien que estaba trabajando en la historia de la Europa Central, o en símbolos feudales.
Pasé el resto de las páginas (cuando manejas libros todo el día, cada uno supone un nuevo amigo y una tentación). Comprobé con sorpresa que las demás, todas aquellas hermosas hojas antiguas de color marfil, estaban en blanco. No había ni la página del título, ni la menor información sobre dónde o cuándo se había impreso el libro, ni mapas, guardas o más ilustraciones. No vi pie de imprenta, ni ficha, sello o etiqueta de la biblioteca”.
Y una novela de terror, ya que la presencia del Conde Drácula se siente siempre, aunque la mayoría de las veces a través de sus víctimas que se convirtieron en servidores suyos:
“Se irguió en toda su estatura con orgullo y me miró fijamente.
—Soy Drácula —dijo. Las palabras surgieron claras y frías. (…)
Drácula estaba sentado en su butaca mirando el fuego. Vi su feroz perfil, la nariz larga y la fuerte mandíbula, los rizos de pelo oscuro sobre su hombro. Había juntado las manos con aire pensativo, de modo que su manto y las mangas bordadas habían resbalado hacia abajo, dejando al descubierto muñecas de terciopelo verde y una gran cicatriz en el dorso de su mano. Su actitud era tranquila y pensativa”.
Como verán se trata de un libro rico en descripciones, datos históricos y una buena dosis de aventura; si bien el final es un tanto abrupto para lo que es la obra en su tatolidad, merece darle una oportunidad y un lugar en nuestra bilblioteca.
Esperamos que tanto los niños como sus padres disfruten de nuestras sugerencias de hoy.
Comentarios
Comentarios