Fragmentos del pasado: reminiscencia
En esta ocasión te contamos sobre Fragmentos del pasado: reminiscencia, la cinta que marca el debut cinematográfico de Lisa Joy, coautora de la serie Westworld para HBO, y que ha sido estrenada en esta ultima semana.
Esta es una producción de ciencia ficción con muchas referencias cinéfilas que parece rendir homenaje constantemente a Inception y todo el cine de Christopher Nolan, pero también The Maltese Falcon, Blade Runner, Chinatown, Vanilla Sky.
La película cuenta con una premisa intrigante; Nick Bannister, un investigador privado de la mente que es capaz de indagar en el pasado de sus clientes gracias a una tecnología extraordinaria que les ayuda a acceder a los recuerdos perdidos.
Así, en Miami, donde se desarrolla la película nos encontramos en un año 2030 donde el mundo vive semisumergido gracias a que el aumento de los océanos ha hecho desaparecer países enteros, la ciudad es una Venecia entre rascacielos que duerme durante el día, debido a un calor insoportable que se hace realidad cotidianamente por el calentamiento global, y vive de noche.
Fragmentos del pasado: Reminiscencia cuenta cómo después de años de guerras devastadoras, la población busca refugio en los recuerdos más dulces del pasado, para ser revividos gracias a una máquina que les permite saborear emociones que solo aparentemente son olvidadas.
Remiscencia, Fragmentos del Pasado, esta llena de referencias pero le falta un toque de guión
De esta manera es que Nick Bannister hace este trabajo, junto con la brusca Emily “Watts” Sanders, interpretada por Thandiwe Newton. Posteriormente todo cambia cuando un nuevo cliente, Mae (Rebecca Ferguson), aparece en su puerta pidiendo ayuda con un asunto aparentemente simple: la pérdida de un juego de llaves.
Este encuentro pronto se convierte en una peligrosa obsesión, porque Mae desaparece en el aire y Bannister, cegado por un amor indescriptible, se obliga a encontrarla, descubriendo secretos inimaginables, mentiras dolorosas y una violenta conspiración.
Esta nueva película de Lisa Joy juega con demasiados elementos y siempre parece preocupada por hacer lo correcto, con una seriedad que impacta en la película y el lastre de las buenas intenciones.
Desordenada y llena de destellos de lente la fotografía del canadiense Paul Cameron (Collateral, Westworld, The man on the train), que exagera con retroiluminación, corrección de color y tonificación, esta película llega a un espacio hiperrealista, que siempre suena un poco falso. más qué misterioso.
Finalmente, a pesar de lo relativamente bien que se ve esta película, no funciona del todo, y es que el importante elenco que hace todo lo posible para mantener a flote una película con un tema cautivador se encuntra con un guión inexplicablemente diluido, haciendo que se sienta como si alguien en Hollywood hubiera pedido de repente más luz y menos oscuridad, más sentimientos y menos violencia.
Finalmente, esta cinta trata de un drama romántico con tintes negros sobre la memoria, sobre las injusticias sociales que hacen que los pobres se vuelvan más pobres y los ricos se vuelvan más ricos, sobre la sostenibilidad de un mundo que corre veloz hacia un futuro devastado por las consecuencias del calentamiento global.
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