Fue la mano de Dios, la nominada al premio Oscar como Mejor Película Extranjera, por Netflix
Tenía un buen presentimiento con È stata la mano di Dio o Fue la mano de Dios, Paolo Sorrentino es su director y la película tenía que ser imborrable, como el gol que inspiró su título.
El filme cuenta una parte de la adolescencia de Fabietto, un joven napolitano, soñador, con una gran familia compuesta por unos padres adorables, con algunos bemoles pero con un gran corazón; un hermano mayor muy querible; unos tíos un tanto extraños; una tía que está más allá del bien y del mal y una abuela sórdida (solo por nombrar algunos personajes, aunque no quisiera que piensen que me olvidé de los vecinos).
Quienes venimos de una familia italiana por momentos nos vemos reflejados y nos sentimos frente a la gran pantalla como frente a un espejo; nos encontramos con escenas que nos dejan sin palabras, embriagados por la emoción de traer al presente una parte lejana de nuestra vida. Esto es lo que consigue Sorrentino con su arte llamado “cine” (cine del bueno, se entiende).
Fue la mano de Dios y de Sorrentino
El director italiano, con este filme autobiográfico que tardó 30 años en terminar de elaborar, nos transporta a los años ‘80 cuando su ciudad, la bella Nápoles, iba a cambiar su historia de la mano del extraordinario y controvertido futbolista argentino Diego Armando Maradona.
Corría el año 1984 cuando el Nápoles, el club de fútbol tan amado por todos los napolitanos, compra al astro argentino y lo hace suyo, quien a su vez devuelve al pueblo napolitano todo el afecto que le da llevándolo a lo más alto del calcio italiano.
Pero Fue la mano de Dios está dividida en dos partes: en la primera Sorrentino nos presenta a su familia y a su ciudad y la segunda tiene inicio con una tragedia que el director italiano sufrió cuando tenía 17 años y que lo marcó para toda su vida.
Esta excelente película tiene como protagonistas a: Filippo Scotti (“La gita”, “Il Re Muore”) como Fabietto Schisa; Toni Servillo (“Il Divo”, “La Gran Belleza”) como su padre, Saverio Schisa; Teresa Saponangelo (“Il buco in Testa”, “Te lo leggo negli occhi”) como su madre, Maria Schisa; Marlon Joubert (“Cattività”, “Questa notte parlami dell’Africa”) como su hermano mayor, Marchino; Luisa Ranieri (“Gli amici del bar Margherita”, “7 donne e un mistero”) como la tía Patrizia; Renato Carpentieri (“La tenerezza”, “la vita dvanti a sé”) como Alfredo; Massimiliano Gallo (“Il silenzio grande”, “Villetta con ospiti”) como el tío Franco y Betty Pedrazzi (“Sabato, domenica e lunedì”, “Benvenuti in casa Esposito”) como la Baronessa Focale.
Sobre Paolo Sorrentino
El guión y la dirección pertenecen al director napolitano Paolo Sorrentino, ganador de un Premio Oscar en el rubro Mejor Película Extranjera, en el año 2013, por la película “La gran belleza”.
Entre otros tantos filmes, también es director y guionista de: – “El Divo” (2008), con Toni Servillo como el político italiano Giulio Andreotti.
“This Must Be the Place” o “Un lugar donde quedarse” (2011), que cuenta con Sean Penn y Frances McDormand entre sus protagonistas.
“Youth” o “La Giovinezza” (2015) con Michael Caine y Harvey Keitel, entre sus protagonistas (en esta historia también Sorrentino recuerda a Maradona).
Y las miniseries: “The Young Pope” (2016) con Jude Law y “The New Pope” (2019-2020), aquí el actor inglés está acompañado por otro grande, John Malkovich.
È stata la mano di Dio o Fue la mano de Dios recibió el Gran Premio del Jurado de Venecia y el joven Filippo Scotti, el premio Marcello Mastroiani como Actor Revelación en el mismo Festival.
Tiene una duración de 130 minutos y Netflix la distribuye a través de su plataforma a nivel mundial.
Dónde ver "Fue la mano de Dios"
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