La sexta y última temporada de House of Cards se hará pero sin la presencia de su actor principal. La producción retomará su trabajo a inicios del 2018 y se prevé un total de 8 episodios (cinco menos de las usuales) que tendrán como protagonista a la esposa del presidente Frank Underwood (Kevin Spacey), Claire (interpretada por Robin Wright).
La famosa serie sobre la Casa Blanca fue suspendida en el mes de octubre pasado, después de las acusas de molestias sexuales que cayeron sobre el actor protagonista de la serie, Kevin Spacey. Desde entonces tantas fueron las voces que corrieron acerca de la suerte que podría correr House of Cards pero, finalmente, Ted Sarandos, Jefe de Contenidos de Netflix, anunció que la serie estrella de la Plataforma tendrá un fin, aunque obviamente de una manera distinta a la esperada.
Sea como sea, con el fin de House of Cards podemos decir que termina una era para Netflix, mientras nuevos sucesos como Stranger Things y Mindhunters fueron confirmadas para nuevas temporadas.
House of Cards: la miniserie de la BBC
Recordemos que la serie House of Cards norteamericana está basada en la homónima miniserie inglesa (conocida como “Castillo de Naipes” en idioma español) cuya primera temporada salió al aire por la BBC en 1990 y contaba con 4 episodios de 55 minutos cada uno. Tuvo una segunda parte en 1993 llamada “To Play the King” y una tercera y última, “The Final Cut” en 1995.
En la primera, los protagonistas eran Ian Richardson (“Dark City”, “Twice Upon a Time”) como Francis Urquhart (apellido casi imposible de pronunciar hasta para los mismos británicos), Susannah Harker (“Surviving Picasso”, “A Caribbean Dream”) como Mattie Storin, David Lyon (“Between the Lines”, “Greenfingers”) como Henry Collingridge, Diane Fletcher (“Breathless”, “Autobiography of a Princess”) como Elizabeth Urquhart, Colin Jeavons (“The Man Who Cried”, “Stalin”) como Tim Spencer y Miles Anderson (“La La Land”, “Ultimate Force”) como Roger O’Neil, entre otros.
Por aquel entonces, el director fue Paul Seed (“Blandings”, “Doc Martin”) y la responsabilidad del guión cayó en las manos de Andrew Davis que se inspiró en la novela del mismo nombre escrita por el político y dramaturgo británico Michael Dobbs, quien nos cuenta en su libro sobre Frank Urquhart de la siguiente manera:
“(…) el poder de Urquhart no era producto directo de su cargo público. El papel de whip no tenía capacidad ejecutiva plena. Urquhart no contaba con un gran Departamento de Estado o una gigantesca maquinaria de la administración pública que dirigir; el suyo era un cometido sin rostro, trabajando sin descanso entre bastidores, sin discursos en público ni entrevistas en la televisión. Un hombre en la sombra.
Y era además un hombre que imponía disciplina. Era quien hacía cumplir las normas, el hombre cuyo trabajo consistía en imponer un poco de mano dura. Eso significaba que no solo infundía respeto sino también un poco de miedo. Era el ministro con las antenas políticas más finas en el Gobierno. Para que los votos se depositaran, día tras día, noche tras noche, necesitaba saber dónde podía encontrar a tiempo a sus parlamentarios, lo que significaba que tenía que conocer sus secretos: con quién conspiraban, con quién se acostaban, si estarían lo bastante sobrios para votar, si habían puesto las manos en la cartera de otro o en la esposa de otro. Todos esos secretos y sus pequeñas ventajas se reunían y recogían en una lista negra, que se guardaba en una caja fuerte a cuyas llaves ni siquiera el Primer Ministro tenía acceso.
En Westminster, la información de esa clase significa poder”.