Sinopsis
Elliot Alderson trabaja como experto de seguridad informática en Allsafe, una empresa dedicada exclusivamente a este ramo. El perfil de Elliot seguramente no es del tipo que te gustaría para que se casase con tu hija: antropofóbico, esquizofrénico y dependiente de la morfina.
Elliot de todas maneras es un hacker de un talento inigualable que desarrolla acciones que podríamos encuadrar dentro de lo que es “ayuda a la sociedad”, sacando al descubierto actividades ilícitas y entregando a los culpables ante las autoridades. Claro que también tiene un lado oscuro que lo lleva a hackear constantemente a toda persona que conoce o se le acerca, no conforme con esto, luego de que ha finalizado su “trabajo” archiva los datos en discos bajo el nombre de canciones de grupos de música. Esta actitud de Elliot, que se mete en el traje de “vengador” le genera, obviamente, numerosos enemigos.
La cuestión es que la vara moral la establece el mismo Alderson a partir de criterios personales, en una posición a priori discutible en la que se establece él mismo por sobre las partes. Este es el principio que impulsa a los “vengadores” a hacer justicia por mano propia olvidando la doctrina del fruto del árbol envenenado que dice que una prueba obtenida de manera ilegal es inválida.
Luego de frenar un ataque hacker a E-Corp (también conocido como Evil Corp, es decir Corporación del Mal), un conglomerado gigantesco que produce y vende cualquier tipo de servicio o producto, Elliot descubre un mensaje poco disimulado dirigido a él donde se da a conocer el nombre del grupo hacker encargado de la maniobra. Se trata de Fsociety, quienes le hacen una propuesta clara: “DÉJAME AQUÍ”. Es en este punto donde se plantea un dilema moral para Elliot, dejar o no una puerta abierta para un futuro ataque informático que pondría en graves problemas a la empresa donde trabaja y a su mejor amiga Angela Moss, que está a cargo de la cuenta de E-Corp que es la más importante de Allsafe. Como suele ocurrir con muchas empresas ligadas a aquellas más grandes, la “salud” de la misma está asociada, justamente, al vínculo económico con el cliente más importante. En caso de perder E-Corp, Allsafe tendría que cerrar.
Angela Moss es la mejor amiga de Elliot, desde la infancia comparten alegrías y dolores, de hecho la madre de ella y el padre de él murieron a causa de Evil Corp. Ella es el ancla que lo tiene aferrado a una realidad que se le va escapando cada vez más velozmente sin poder darse cuenta. Lo cierto es que a sus habituales fobias respecto a la sociedad per se Elliot además entra en una paranoia absoluta que comienza a sacarlo de quicio.
En ese momento hace su aparición Mr. Robot, un anarquista que busca la insurrección a partir de la eliminación completa de los datos relativos a las deudas de aquellas personas vinculadas económicamente a Evil Corp, dueña del 70% de la industria global del crédito al consumo. El planteamiento que le hace Mr. Robot a Elliot es sumamente convincente, habla de la virtualidad del dinero en nuestro tiempo, donde cada vez se utiliza menos el papel moneda a cambio de transacciones electrónicas. Lo cierto es que el primer paso de esto en los Estados Unidos se dio cuando se pasó de un respaldo áureo de las divisas al actual sistema de flotación, esto aconteció durante la presidencia de Richard Nixon en 1971. La idea de Mr. Robot es la de en un solo golpe redistribuir la riqueza global.
Además le pide a Elliot de inculpar a Terry Colby, el Director de Tecnología (CTO) de Evil Corp, con la simple modificación de un archivo dat. Esto tendrá un doble efecto, el de comenzar a hacer temblar al poderoso conglomerado y llevar a la cárcel a uno de los responsables principales de la muerte del padre de Elliot (y la madre de Angela).
Alderson finalmente accede a la propuesta de Mr. Robot. Es así como ante la salida de Colby cobra importancia su reemplazante interino Tyrell Wellick (al que Elliot había conocido en una visita de dirigentes de Evil Corp a Allsafe), una persona sumamente inestable desde el punto de vista emocional y capaz de hacer absolutamente cualquier cosa al alcance de su mano en su desmedida ambición por trepar en la corporación. Wellick conoce las extraordinarias capacidades de Elliot por lo que le ofrece un empleo altamente remunerado dentro de las filas de la empresa pero Alderson rechaza la oferta convencido de la revolución que quiere llevar adelante a partir de la propuesta de Mr. Robot. Para Wellick, por su parte, las cosas se irán complicando hasta hacerle caer el elaborado castillo de cartas en el que se sustentaba su poder.
Y como la revolución es ahora, Elliot pondrá en marcha el plan para hacer caer el imperio. Claro que nada en la vida es gratuito.
Consideraciones sobre Mr. Robot
Mr. Robot es una serie fascinante porque en un primer momento parece que se va a tratar de la clásica historia de aventuras informáticas y luego migra hasta convertirse en un thriller psicológico cyberpunk, por ende oscuro y de una gran complejidad. La realidad y lo que va viendo el mismo Elliot se unen y separan de manera tal de que tienes que trabajar tú mismo para saber qué es una cosa y otra, e igualmente te engaña. Y esta implicación a la fuerza donde el espectador de alguna manera hace su interpretación de la trama que puede diferir entre uno y otro, me parece el punto más importante de la serie. De hecho los mismos autores juegan con esto en los momentos en los que Elliot nos habla, nos involucra dentro de lo que estamos viendo… Nos pide perdón.
El guión de Mr. Robot es del creador y director de la serie Sam Esmail, que ha introducido en la trama estos aspectos que distinguen a Elliot (dependencia de las drogas y locura) sacándolos de su experiencia personal. Como así también el activismo callejero y el digital que acompañaron las protestas de la denominada Primavera Árabe (Esmail es de origen egipcio). Lo cierto es que más allá de las vivencias del propio autor la coordinación de las tramas es realmente impecable. Saltando de una a otra de manera proverbial. Nos encontramos entonces con este hilo conductor que atraviesa de par en par las dos primeras temporadas que están relacionadas con esta acción hacker que daría vuelta las cartas en la sociedad, pero además nos encontramos con las subtramas que se van desarrollando de manera consistente. Lo interesante es que generalmente cuando tenemos varias tramas que corren paralelas, algunas nos parecen más interesantes que otras a las cuales consideramos casi de relleno. Esto no pasa de ninguna manera con Mr. Robot.
Como agregado, en la segunda temporada hay una clara separación entre las historias de Elliot, Angela y Darlene (la hermana de Elliot) que van paralelas pero con poquísimas escenas en común. Esto nos hace, en práctica, conocer la historia desde tres puntos de vista distintos y paralelos cosa que me parece maravillosa.
Mr. Robot nos ofrece una gran cantidad de elementos simbólicos como así también una catarata de referencias a series y películas. Desde ya que la analogía entre el símbolo de Evil Corp y el de la Enron Corporation (una multinacional del campo de la energía que tuvo una bancarrota fraudulenta en 2001) es bastante evidente, con tal vez un dejo, en el fondo, de la cruz esvástica visto que tanto la E como la cruz rotan 45°.
Referencias cinematográficas
Respecto al cine, bueno, aquí encontramos realmente muchísimo. Es evidente cuáles han sido las influencias de Sam Esmail a la hora de crear Mr. Robot. Y se denota claramente hasta la edad del autor (40 años) en base a, justamente, las fuentes elegidas. La serie se inspira claramente en dos películas e inclusive hay una tercera que ronda con pequeños tips aunque no ahonda en el argumento, sino cambiaríamos de género. Tenemos por un lado V de Vendetta, la película de 2005 basada en el cómic de Alan Moore que, describiéndola someramente, nos cuenta un futuro distópico en el cual el Reino Unido se encuentra sometido por un régimen totalitario. En el nombre de la libertad “V”, que lleva una máscara, como los componentes de la Fsociety, va a intentar una revolución; el segundo film del que se nutre Mr. Robot es El club de la pelea (1999), basado en el libro homónimo de Chuck Palahniuk y llevada al cine por David Fincher, aquí también notamos tópicos comunes con Mr. Robot: la búsqueda del colapso del sistema financiero, las múltiples personalidades, la locura, la revolución. La tercera es Matrix, a partir del apellido del mismo Elliot que es Alderson (en Matrix era Anderson) hasta el hecho de ser un empleado informático de día y un hacker por la noche.
Pero hay muchas más, por ejemplo el panfleto de invitación a la Fiesta del fin del Mundo está claramente inspirado en uno de los posters de Dr. Strangelove, o el final de Casablanca con la frase del Capitán Renault a Rick: “Este puede ser el comienzo de una gran amistad”; en el mismo capítulo aparecen varios tracks de audio de la película Regreso al Futuro (Elliot adora la segunda parte de la saga) y hay muchísimas citaciones más dentro de la serie, como por ejemplo la de Alf en un capítulo para enmarcar con un comienzo al estilo sitcom de los ‘80, Atrapado sin salida (Alguien voló sobre el nido del cuco), Eyes Wide Shut, El resplandor (como vemos Esmail es un admirador de Stanley Kubrick), entre otras.
La música y el aspecto estético
Un aspecto que me pareció sensacional es el de la música, tanto la original para la serie como los tracks que conforman la banda sonora. Sobre la primera me pareció que va evolucionando durante la serie, al inicio hasta con conceptos ligados al naif ochentero en los que se refiere a la música para películas con temática informática, música electrónica que refleja los sonidos de la época, pero conforme va avanzando la trama la música evoluciona a la par de la serie. Respecto a los tracks seleccionados… Es realmente increíble la cantidad y variedad, desde el segundo movimiento de la séptima sinfonía de Beethoven, pasando por “If You Go Away” (la versión de Neil Diamond del “Ne me quitte pas” del cantautor belga Jacques Brel) hasta llegar a “Walking in my shoes” de Depeche Mode y, por supuesto, las mencionadas de “Regreso al Futuro”.
Desde el punto de vista estético se trata de una obra particular Mr. Robot. Hay encuadres en los cuales encontramos un contrapunto entre los personajes que dialogan con saltos de plano y contraplano donde aparecen en un ángulo de la pantalla. Muchas tomas en plano contrapicado y una cosa que me volvió literalmente loco: la búsqueda de la simetría en los encuadres generales. Una maravilla que se repite una y otra vez. Los colores están muy desaturados, lo que consigue transportarnos a la melancolía general que reina en toda la serie, a veces se abusa de este instrumento pero aquí está bien aplicado. En resumen, una fotografía muy particular, pero intensa y que atrae.
Referencias de la realidad
Uno de los puntos destacables de la serie es el del lenguaje técnico usado por los hackers. De hecho durante el primer episodio se exponen técnicas reales utilizadas por los hackers como así también instrumentos de seguridad informática. Términos que en general son desconocidos por el común de los mortales, aquí encuentran espacio. Elliot explica lo que es el onion routing o el control de los exit nodes de una red TOR (The Onion Router) para quitarle el anonimato (en este caso al dueño de una cadena de cafés llamada Ron’s Coffee), se muestran técnicas de brute-force para encontrar las distintas password y también el ataque DDOS al server de la E-Corp. En resumen, este ambiente hacker se pinta como en ninguna otra serie o película, al punto que dentro de la misma comunidad de hackers la serie es muy bien vista. Tanto es así que para el lanzamiento de la segunda temporada la producción de Mr. Robot tuvo la idea de crear una página con el estilo de la serie (whoismrrobot.com). Fuera mouse y puro teclado. La cuestión es que se accedía a la página a través de la registración con la propia cuenta de Facebook, pero había un problema de seguridad grave y el riesgo de la exposición de los perfiles de la red social de quienes se registraban. Rápidamente diversos hackers encontraron la falla de seguridad advirtiendo a la producción.
Desde ya que no se puede hablar de Mr. Robot y en especial de la Fsociety sin pensar en Anonymous que de hecho han tomado la máscara de V de Vendetta como símbolo. Claro que en realidad Anonymous se trata de un fenómeno ligado a internet pero no a los hackers. Pero digamos que tienen una idea común y es la de la lucha contra los grupos de poder.
Los Personajes
En el cast de Mr. Robot tenemos 4 personajes principales que funcionan individualmente y una pareja cuyos personajes dependen uno del otro para su desarrollo; destaca por la lógica de ser el protagonista pero no solo por eso, Rami Malek. Sin lugar a dudas un verdadero acierto por parte de la producción. Ya nos habíamos referido a las cuestiones autoreferenciales que Sam Esmail había introducido en la serie y también con respecto a sus orígenes egipcios. Es por eso que no sea de extrañar que se haya optado por un actor, justamente, de origen egipcio. Y la verdad es que a partir de unos ojos grandes, un aspecto juvenil y una gama de expresiones cercanas a la locura Rami Malek es Elliot Alderson, no puedo imaginarme otro actor haciendo este rol. Por otra parte, lo hace a las mil maravillas, dotándolo de una personalidad única e inquietante.
Tenemos también un personaje contrapuesto a nuestro “héroe” y es su hermana, Darlene, extrovertida y de una potencia visual destacable. Si la personalidad de Elliot podemos describirla como gris, la de Darlene es más colorida pero en ciertos puntos se oscurece. Es allí cuando Carly Chaikin, quien la interpreta, da lo mejor de sí.
La partner natural de Elliot, aunque en la serie solo se ve atracción sin llegar a los hechos, es Angela Moss (Portia Doubleday). El personaje es anodino, con personalidad pero poca expresividad; ahora, hay mucho de esto dentro del guión cosa que en principio la actriz lleva adelante sin mayores problemas. De todas formas creo que hay una carencia entre lo que puede expresar el personaje y lo que finalmente vemos. Esto, desde ya, no implica que lo esté haciendo mal, pero tal vez una gama mayor de expresiones le hubiese venido mejor al personaje.
Luego nos encontramos con Mr. Robot, Christian Slater, quien lo hace muy bien. Se nota a la legua que allí es quien tiene mayor experiencia y un bagaje actoral que desparrama dentro de la serie. Verborrágico, cínico, con un solo objetivo: dice lo que tiene que decir para obtener lo que busca. Desde ya que no es un hallazgo como Rami Malek porque a Slater lo conocemos desde hace décadas y sabemos de su potencial, a veces desperdiciado. Por suerte aquí no.
Por último hallamos dos personajes que se complementan: Tyrrell y Joanna Wellick (Martin Wallström y Stephanie Corneliussen). Los trepadores, sin moral y cuya búsqueda del éxito se ve reflejada en cada acto que realizan. A estos personajes además Esmail les agregó una característica particular. Entre sí raramente hablan en inglés. Él se dirige a ella, una masoquista empedernida, en sueco y ella su vez le responde en danés. Aquí sí que no me terminan de encuadrar estos personajes, en parte fruto también de una poca cuidada trasposición del episodio piloto al segundo en el que el peinado de Tyrrell cambia de manera vistosa. Este primer hecho me saca un poco. Pero además ambos me parecen sobreactuados, fuera de contexto. En resumen, poco creíbles. No así la trama que protagonizan por lo que se disimula esta falencia.
Cuestiones informáticas
No puedo dejar de mencionar la aparición de la mítica Commodore 64 y su disquetera de discos de 5 ¼ (1541). Tal vez para mí, que utilicé una por muchos años, fue un punto emotivo trascendental, lógicamente absolutamente subjetivo, pero que hizo que la serie terminara de conquistarme. Lo cierto es que USA Network creó una versión del juego que vemos en la serie y que se llama Land of Decodelia. El título mismo de la serie está inspirado en el del juego de Commodore 64: Mr. Robot and his Robot Factory.
Otro punto interesante es el nombre de los episodios. Escrito como archivos de ordenador incluyendo las extensiones, un toque inspirado seguramente. Por último, la película de la que los protagonistas toman la máscara como símbolo: Careful Massacre of the Bourgeoisie (1984), no existe pero los productores de Mr. Robot hicieron un corto de poco más 8 minutos de los cuales se extraen partes para la serie.
En un cierto punto Phillip Price, CEO de E-Corp, cita la navaja de Ockham, que es un principio por el cual la explicación más sencilla suele ser la correcta. Mr. Robot juega con esto demostrándonos que no siempre se cumple este principio. La serie atrapa desde el primer capítulo, pero atención, es densa y con un ritmo que me lleva a pensar que no se adapte a una maratón. Es mejor gozárcela de a poco, como las mejores cosas de la vida.
La serie cuenta con 2 temporadas concluidas (la tercera al momento de escribir este artículo está en sus primeros capítulos), la primera con 10 capítulos y la segunda con 12, la duración de los episodios es bastante variable, yendo desde los 40 a los 65 minutos según la necesidad de la trama. La distribución está a cargo de USA Network en Estados Unidos, Amazon Prime Video en Latinoamérica y Movistar en España. La tercera temporada de 10 capítulos se estrenó hace pocas semanas.