Pequeñas mentiras (Big Little Lies): una excelente miniserie con grandes actores
Big little lies es una miniserie original de HBO con excelentes actores, algo de tensión, mucho mar, mucha playa, glamour, muy buena música, algo de alcohol, una muerte que conocemos desde el comienzo, una comunidad que con la excusa de declarar frente a la policía opina sobre hechos que en realidad desconoce y esas pequeñas grandes mentiras sin importancia, de todos los días, que pueden arruinar más de una vida.
La historia, basada en el libro homónimo de la escritora australiana Liane Moriarty, gira entorno a sus tres protagonistas: Madeline, una mujer autoritaria y popular dentro de la comunidad; Celeste, una hermosa mujer rica pero sufrida y Jane, la madre soltera que trata de hacerse camino por la vida; de sus pequeños hijos que comparten una misma clase en una escuela pública de Monterrey, este es el hilo conductor de la serie, y de sus maridos. Como personajes secundarios encontramos a Renata y a Bonnie, entre otros.
Al inicio del primer episodio Madeline, quien siempre lleva tacos muy altos, cae y Jane le da una mano; la mujer, agradecida por el gesto de esta desconocida que resultará ser la madre de un niño que comparte la clase con su hija menor, inmediatamente inicia una amistad que no se quebrará en ningún momento ni siquiera cuando al final del primer día de clases, los padres que están haciendo el período de integración con sus hijos asisten a un momento desagradable porque la maestra cuenta que un niño le hizo mal a la pequeña Amabella, hija de Renata, tomándola fuerte por el cuello y dejándole unas pronunciadas marcas. Cuando le preguntan a la niña quién había sido acusa al recién llegado Ziggy, quien niega absolutamente ser culpable.
Por una parte, están los padres que dicen que “son cosas de chicos” y por otro, se encuentran aquellos como Renata que prohíben a sus hijos jugar con Ziggy e, incluso, tienen la intención de hacer echar al niño de la escuela.
La maestra, con buenas intenciones, le comunica a Jane lo que está sucediendo y si bien la mujer defiende absolutamente a su hijo, en su interior tiene dudas. Pero a pesar de ser la recién llegada a la comunidad, Madeline y Celeste todos los días comparten con ella su amistad yendo a un bar a desayunar juntas y dándole una mano siempre que ésta lo necesite.
Big Little Lies, una muy buena transposición del libro a la miniserie de HBO
También vemos la vida de cada una de ellas en sus hogares, todas tienen un excelente pasar, a excepción de la misteriosa Jane, y viven frente al mar. Madeline, casada en segundas nupcias, vive con su marido Ed, quien trabaja en su casa y demuestra ser mejor cocinero que la esposa, su rebelde hija adolescente Abigail, fruto de su primer matrimonio y con la pequeña y graciosa Chloe.
Celeste, la más bella de las tres amigas, dejó su profesión de abogada para dedicarse a su esposo Perry y a sus hijos a tiempo completo. Ella tiene dos gemelos y un marido que viaja permanente por trabajo provocando una ausencia significativa en su hogar. El hombre es un padre excepcional pero como esposo puede pasar del amor apasionado a la violencia en un segundo. Esto y el vacío que Celeste siente por haber dejado todo por él, hacen de ella una mujer infeliz.
Dentro de los personajes secundarios encontramos a Nathan, primer marido de Madeline y a su esposa, la sensual Bonnie, con quienes Madeline y Ed siempre tienen enfrentamientos, quieran o no.
También vemos a la exitosa Renata, una mujer tan segura de sí misma como insoportablemente histérica por naturaleza, pero si a este detalle le ponemos el agravante de que su hija fue maltratada en más de una oportunidad por uno de sus compañeros de escuela, hace de ella una mujer insufrible, al punto de provocar en su pacífico esposo Gordon reacciones que el hombre, aparentemente, nunca hubiera tenido.
Ahora, ¿qué es lo que hace de Little Big Lies una excelente miniserie totalmente recomendable? Por empezar, y esto no es ninguna novedad, las magníficas actuaciones, un guión basado en un muy buen libro, una música que acompaña a la perfección y un escenario en donde muchos quisiéramos pasar una buena parte de nuestras vidas: el mar y la playa. No olvidemos que la serie fue filmada en California: en Monterrey, Los Ángeles y Malibú. Además, se trata de 1 temporada con 7 episodios de unos cincuenta minutos de duración cada uno que pasan velozmente y en donde hasta el último minuto no nos dejan imaginar quién muere y quién es el asesino. Si bien podemos intuirlo siempre tenemos dudas y el final, les aseguro, es maravillosamente sorprendente.
No se pierdan Big Little Lies, se encuentra en HBO España, porque el tiempo que empleen en verla va a estar muy bien aprovechado.
Dos ganadoras del Oscar forman parte del elenco de Big Little Lies
El elenco está formado por las ganadoras del Oscar Reese Whitherspoon (“Wild”, “Walk the Line”) como Madeline Martha Mackenzie y Nicole Kidman (“Moulin Rouge!”, “The Hours”) como Celeste Wright. Además de Shailene Woodley (“Divergent”, “The Fault in Our Stars”) como Jane Chapman. Adam Scott (“Little Evil”, “We Hot American Summer: Ten Years Later”) como Ed Mackenzie, Alexander Skarsgård (“The Legend of Tarzan”, “War on Everyone”) como Perry Wright, James Tupper (“Revenge”, “Aftermath”) como Nathan Carlson, Zöe Kravistz (“Mad Max: Fury Road”, “Divergent”) como Bonnie Carlson, Laura Dern (“Jurassic Park”, “Wild”) como Renata Klein, Jeffrey Nordling (“Larry Moss”, “Sully”) como Gordon Klein y los pequeños Iain Armitage (“Our Souls at Night”, “The Glass Castle”) como Ziggy Chapman y Darby Camp (“Blue”, “The Leftovers”) como Chloe Mackenzie, entre otros.
El excelente guión es responsabilidad de su creador, David E. Kelley (“The Crazy Ones”, productor; “Ally McBeal”, guionista”) y de la autora del libro, Liane Moriarty. La dirección está a cargo de Jean-Marc Vallée (“Dallas Buyers Club”, “Wild”).
Por último, les recomendamos prestar atención a la banda sonora supervisada por Sue Jacobs, que acompaña a la perfección lo que estamos viendo; entre otros temas podemos escuchar: “Cold little heart” de Michael Kiwanuka; “River” de Leon Bridges; “White Rabbit” de Jefferson Airplane; “Call Me On” de Big Brother & The Holding Company, Janis Joplin; Burning Love de Elvis Presley; “Cherish the Day” de Sede; “Hollywood Florida” de Colman; “Silver Trembling Hands” de Flaming Lios, “Super Rich Kids” de Frank Ocean, “September Song” de Agnes Obel; “Don’t de Zoe Kravitz y “Harvest Moon” de Neil Young.
El libro de Liane Moriarty
“Se lo diré claramente. Esto no es un circo. Es una investigación por asesinato.” Con estas palabras, el Sargento Detective Adrian Quinlan nos deja en claro desde el comienzo del libro, sobre qué trata la historia.
Es el cumpleaños número cuarenta de Madeline Martha McKenzie cuando conoce a la veinteañera Jane; ambas son madres de dos niños que comienzan la escuela y se hacen amigas.
“Prométeme que no te harás amiga de ella, ¿vale? Yo te encontré primero.
—Seguro que nunca me la encontraré —dijo Jane perpleja.
—Oh, sí que lo harás —replicó Madeline con una mueca—. Su hija empieza preescolar al mismo tiempo que Chloe. ¿Te lo puedes imaginar?
Jane no podía imaginárselo.
—Las simpáticas mamás tomarán todas café y allí estará la esposa de mi exmarido sentada a la mesa con su infusión de hierbas. No te preocupes, no habrá peleas. Por desgracia, es todo muy aburrido, amistoso y terriblemente adulto. Bonnie incluso me besa al saludarme. Le da por el yoga, los chakras y toda esa mierda. Y por si creías que debes odiar a la malvada madrastra, mi hija la adora. Claro, Bonnie es tan «apacible». Lo contrario que yo. Habla en un tono de voz… suave…, bajo…, melodioso…, de los que te dan ganas de aporrear la pared.
Jane se rió de la imitación de la voz baja y melodiosa.
—Seguro que te haces amiga de Bonnie —dijo Madeline—. Es imposible odiarla. Incluso a mí, que se me da muy bien odiar, me resulta difícil. Tengo que esforzarme en cuerpo y alma. —Volvió a cambiar el hielo del tobillo-. Cuando Bonnie se entere de que me he lesionado el tobillo me traerá comida. Se vale de cualquier excusa para traerme comida hecha por ella. Probablemente porque Nathan le habrá dicho que yo era una cocinera horrible. Aunque lo peor de Bonnie es que probablemente lo haga sin maldad. Es perturbadoramente agradable. Me encantaría tirar sus comidas a la basura, pero es que son puñeteramente deliciosas. Mi marido y mis hijos me matarían. —Madeline cambió de expresión, sonrió y saludó con la mano—. Aquí está por fin. ¡Celeste! ¡Estamos aquí! ¡Ven a ver lo que me he hecho!”
En este pasaje del libro podemos ver claramente el carácter de Madeline; me encanta fundamentalmente por lo sincera que es. Su forma de hablar resulta chocante muchas veces pero su sinceridad se destaca dentro de una sociedad hipócrita.
“Qué tal ha ido el día? —preguntó Celeste—. ¿Te ha cundido el trabajo?
Sabía que Jane se ganaba la vida como contable. Celeste la imaginaba sentada a una pulcra mesa de oficina en su pequeño piso sin muebles (no había estado dentro, pero conocía la manzana de casas de ladrillo rojo de Beaumont Street y supuso que el interior estaría sin adornar, como Jane. Nada de estridencias. Nada de cachivaches). La simplicidad parecía obligatoria en su vida. Solo Jane y Ziggy. Un niño cariñoso y tranquilo de pelo castaño (por no hablar del incidente del ahogamiento, por supuesto). Sin peleas. Una vida tranquila y sin complicaciones.
—Un poco —dijo Jane haciendo movimientos imperceptibles con la boca al masticar chicle—. Esta mañana he tomado café con mis padres, Madeline y Ed. Luego el día se me ha pasado volando.
—El día se pasa enseguida —coincidió Celeste, aunque el suyo se le había hecho eterno.
—¿Vas a volver a trabajar ahora que los chicos están en el colegio? —preguntó Jane—. ¿Qué hacías antes de tener a los gemelos?
—Era abogada —dijo Celeste. Era otra persona.
—Vaya. Yo debía haber sido abogada. —Había algo irónico y triste en la voz de Jane que Celeste no supo interpretar del todo.
Fueron por el camino de hierba que pasaba por delante de una casa de madera blanca que prácticamente parecía formar parte del colegio.
—En realidad no lo disfrutaba —dijo Celeste.
¿Era verdad? Había odiado el estrés. Llegaba tarde todos los días. Pero ¿no le habían gustado ciertos aspectos en algún momento? Lameticulosa resolución de un problema legal. Como en matemáticas, pero con palabras.
—No podría volver a practicar la abogacía —continuó—. Con los niños, no. A veces pienso que podría enseñar. Enseñar temas jurídicos. Pero tampoco estoy segura de que me llame.
Le había cogido miedo a trabajar, igual que se lo había cogido a esquiar.
Jane guardaba silencio. Probablemente estaba pensando que Celeste era una mujer florero consentida.
—Tengo suerte —dijo Celeste—. No tengo que trabajar. Perry es…, bueno, es gestor de fondos de inversión.”
En este otro párrafo podemos apreciar la personalidad y la vida de las otras dos madres-protagonistas. Jane, con sus apenas 24 años y sola con su hijo Ziggy y Celeste, una mujer sin necesidad de trabajar que había dejado su profesión para ocuparse de su esposo y de sus hijos.
Como ven, el libro y la miniserie tienen mucho en común pero como es de imaginar, el primero enriquece la historia con detalles que en la segunda, por cuestiones lógicas de tiempo, se pierden. Incluso en el libro conocemos más acerca de la vida de los protagonistas después de la fatídica noche. Por ejemplo: Madeline y Ed tienen un hijo llamado Fred que en la serie no existe, sabemos que no es por azar que Jane se haya mudado a la Península de Pirriwee y conocemos por qué se tomaron decisiones apresuradas que terminaron en tragedia.
“Si la baranda hubiera sido unos centímetros más alta.
Si el taburete hubiera estado en un ángulo ligeramente diferente.
Si no hubiera estado lloviendo.
Si (…) no hubiera estado bebiendo.
Después (…) no podía dejar de pensar en todas las otras formas en que podía haber sucedido.
Pero sucedió como sucedió.” (…)
“—Esto puede pasarle a cualquiera…”
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