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Sin límites, cuando ampliar los horizontes intelectuales tiene un costo

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La trama

Eddie Morra es un escritor neoyorkino con bloqueo creativo, inmerso en una profunda crisis no solo en este aspecto sino también en el sentimental. La cuestión se profundiza por el hecho de que esa misma semana tiene que presentar las primeras noventa páginas del libro que supuestamente está escribiendo y por el cual ya recibió un adelanto de dinero, por otra parte su novia, que además lo financia, lo acaba de abandonar.

Como vemos, una perspectiva poco alentadora para su vida. Eddie está hecho un desastre, la casa en la que vive está semi-abandonada, los platos se acumulan, la ropa en cualquier sitio. El aspecto general es el de un sin techo, cosa que, por otra parte, está muy cerca de lo que puede ser su futuro próximo.

Pero la vida de Eddie cambiará al encontrarse con su ex cuñado al que no veía desde hacía nueve años. Sorprendido por su descuidado aspecto, Vernon le ofrece una copa que, si bien con cierto recelo, Morra acepta con el fin de saber algo más de su ex esposa.

Vernon en realidad sabe muy poco de su hermana con la cual casi no habla, pero viendo la situación de Eddie le ofrece una solución mágica, una pastilla de una droga experimental nootrópica llamada NZT-48 en grado de estimular de manera sorprendente el cerebro ampliando la potencialidad de la propia mente. El discurso de Vernon para convencer a Eddie se basa en el mito de que el ser humano utiliza solamente el 20% del potencial del cerebro (en realidad el mito habla del 10% pero en la película se toman esta licencia).

Morra vuelve a su casa e ingiere la pastilla. La droga experimental realmente hace lo que promete y el intelecto de Eddie crece de manera desmesurada, la primera cosa que hace luego de un breve y fructífero encuentro con la esposa del casero, es ordenar su casa para bien y limpiar todo; en definitiva, establecer un mínimo ambiente decente, luego, de un tirón escribe las noventa páginas que necesitaba para presentar esa semana en la editorial.

Al día siguiente el único rastro de la brillantez alcanzada la noche anterior está sobre su mesa. Eddie lo presenta ante su editora que queda atónita, pero se da cuenta de que para poder concluir tan brillante inicio va a necesitar más de ese NZT, el problema es que cada pastilla cuesta quinientos dólares.

De todas formas va a visitar a su ex cuñado y luego de salir a hacer algunos mandados para éste, al regresar encuentra la puerta abierta, la casa dada vuelta y a su ex cuñado con un tiro en la cabeza. Después de llamar al 911 Eddie no tarda en hacer uno más uno, se da cuenta de que era lo que en realidad estaba buscando quien visitó a Vernon y piensa que tal vez no lo hubiese encontrado ya que el asesino aún se encontraba allí cuando llegó al departamento, por lo que con desesperación y contra reloj empieza a buscar el NZT. Finalmente halla un sobre con unas 450 pastillas y un fajo de dólares. De allí en más su vida va a cambiar radicalmente sin la posibilidad de volver atrás.

 

Sin límites: entre el libro, la película y una pregunta que queda flotando

La película está basada en el libro The Dark Fields, escrito por Alan Glynn en el año 2001 y aporta varios cambios en la historia, algunos significativos y otros no tanto, como por ejemplo: el nombre del protagonista en la novela es Eddie Spinola y es redactor de libros a pedido. También el nombre de la droga cambia, siendo en el libro MDT-48.

Aunque Sin Límites me gustó y por eso lo recomiendo, la novela me pareció bastante más redonda. De hecho en la película las cosas en un cierto punto se precipitan dejando algunos huecos argumentales que en el libro se resuelven, para bien o para mal del protagonista. En resumen, el film parte de una premisa muy interesante que no se desarrolla de la mejor manera.

Yo creo que la pregunta que queda colgando en cada una de las personas que ve Sin Límites es: ¿Qué hubiera yo hecho en el lugar de Eddie? Al fin y al cabo ya sabe desde el inicio que el NZT es una droga como cualquier otra que genera adicción y daños colaterales. La diferencia es que abre el intelecto en lugar de aislar a quien lo consume, aquí tenemos una contradicción ¿un intelecto sin límites no te llevaría a detener un consumo que pudiese provocar problemas físicos y mentales? La trama nos deja ver que más allá de la inteligencia los seres humanos a veces actuamos de manera poco racional.

Tal vez lo que más me llamó la atención de Sin límites es su aspecto visual, a partir de una mítica escena de presentación de títulos, hasta el transportarnos a la visión de quien consume NTZ que percibe todo de una manera distinta, representada por una sobresaturación del color que nos llena los ojos. Además el recurso es utilizado para que sepamos en qué momento el protagonista está bajo la influencia de la droga.

 

La serie

En el año 2015 Bradley Cooper produjo una serie que duró dos temporadas y que fue transmitida por la cadena CBS (de hecho Cooper también fue productor de la película). La misma, si bien no está basada en la vida de Eddie Morra cuenta con él en algunos episodios. Es, de alguna manera, una continuación de la película, con un protagonista que como Eddie, casi de la misma manera (¿no podían inventarse algo distinto?) accede al NTZ. Luego deriva en una colaboración de Brian Finch (así se llama el protagonista) con el FBI. De la serie vi algunos capítulos para este comentario y sinceramente me sorprende que haya durado dos temporadas. La intriga, la parte oscura de la trama de la cual ya había perdido mucho la película respecto al libro aquí decididamente desaparece, dando lugar a un producto que no me llamó la atención en lo absoluto.

La película de 2011 está dirigida por Neil Burger y protagonizada por Bradley Cooper (Eddie Morra), Robert De Niro (Carl Van Loon) y Abbie Cornish (Lindy). La encontramos en los catálogos español y latinoamericano de Netflix.


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