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La Excavación o The Dig por Netflix

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Unos meses después del estreno de la película The Dig dirigida por el australiano Simon Stone (“The Turning”, “The Daughter”) basada en el libro homónimo de John Preston, me decidí a verla y me arrepentí de no haberla visto antes.

Adoro este tipo de historias y no quise caer en “lo mismo de siempre” pero, sinceramente, vale la pena ver esta película ambientada en Gran Bretaña (en este caso particular en Sutton Hoo, Inglaterra), a inicios del siglo XX, cuyos protagonistas se caracterizan por la típica apatía sajona que reprime cualquier tipo de emoción. Pero donde utilizan miradas, gestos y silencios que muestran cada sentimiento escondido.

Todo comienza en 1938 cuando la señora Pretty decide contratar al señor Brown, un excavador profesional autodidacta del museo de Ipswich, para que realice excavaciones en las tierras que ella y su difundo esposo compraron impulsados por descubrir qué se hallaba bajo unos enormes montículos de tierra que se encontraban dentro de esta propiedad.

El señor Basil Brown acepta la empresa que la señora le propone y comienza a trabajar con la ayuda de otros dos hombres, a quienes en un futuro se suma un familiar de la dueña de casa.

Pero un año después, cuando este asunto comienza a ser interesante, un reconocido antropólogo del Museo Británico, Charles Phillips, pretende llevarse el mérito de este importante hallazgo.

El señor Phillips llega a la excavación junto con el matrimonio formado por Stuart y Peggy Piggott.

Si bien en un comienzo el desacuerdo entre Brown y Phillips fue más que evidente, al punto que el primero se retiró de esta empresa, luego y gracias a la intervención del hijo de la señora Pretty, hicieron un esfuerzo por entenderse y llegaron a trabajar juntos sin problemas.

Se trata de, ni más ni menos, el mayor descubrimiento arqueológico anglosajón. En un comienzo pensaban que iban a encontrar restos vikingos, sin embargo hallaron piezas que pertenecían, aproximadamente, al siglo V d.C. (inicios de la Edad Media), un período de la historia británica conocido como “época oscura” o “años oscuros” y que duró hasta el siglo XI d.C., cuando en el 1066 d.C. se produce la invasión normanda.

En este período se suponía que los anglosajones producían pocos objetos y obras culturales de un valor mínimo pero este descubrimiento cambió de manera radical la historia.

Los tesoros que se encontraron fueron: en el interior del montículo más grande, un barco de más de 24 m. de largo donde se supone que descansaba el cuerpo del difunto rodeado por sus tesoros para la otra vida. El objeto más famoso es el casco de Sutton Hoo, decorado con piedras preciosas y con una ornamentación de metal. El cuerpo, que estaba vestido con un traje que incluia broches dorados en los hombros, también fue enterrado rodeado de cuencos de plata, cucharas, lanzas, una espada y un juego de mesa similar al ajedrez llamado Hnefatafl.

Como explica el señor Brown al pequeño Robert en el filme, sin lugar a dudas aquí se enterró a una persona de alto rango de quien se desconoce su identidad.

Muchos estudiosos coinciden en que puede tratarse de la tumba de Raedwald (Redvaldo de Estanglia), el primer rey cristiano de Anglia Oriental (East Anglia) que reinó aproximadamente entre el 599 d.C. y el 624 d.C.

Como pueden ver, las excavaciones comenzaron poco antes de la Segunda Guerra Mundial. Debido a esto los tesoros encontrados se guardaron en una estación de subte en Londres (donde también se refugiaban muchos londinenses), para mantenerlos seguros durante los tristemente famosos bombardeos a Londres.

Por otra parte, la excavación se protegió y disimuló con mucho cuidado para no llamar la atención de los nazis.

La señora Pretty, quien era una amante de la historia, estaba tan orgullosa y emocionada por este descubrimiento que organizó una fiesta para celebrar el acontecimiento. Se dice que el señor Phillips dio un discurso que pocos pudieron escuchar porque los aviones del Royal Air Force sobrevolaban el lugar. 

Pero en el filme es la anfitriona quien habla dándole todo el crédito de este descubrimiento al señor Basil Brown, como correspondía.

(El excavador siguió trabajando en el lugar hasta 1977, año de su muerte, pero esto no lo vemos en la película.)

Por su parte, la señora Pretty, quien falleció en 1942, donó el tesoro encontrado al Museo Británico. Como reconocimiento por esto, el entonces Primer Ministro Británico Winston Churchill le ofreció el título de Comandante del Imperio Británico pero la mujer lo rechazó.

Las excavaciones en Sutton Hoo continuaron hasta el siglo XXI, actualmente el lugar es propiedad de la Fundación Nacional para Lugares de Interés Histórico o Belleza Natural de Gran Bretaña e incluso se puede visitar, aunque en estos tiempos que nos toca vivir es mejor averiguar si el sitio está abierto antes de ir.

La película, al igual que el libro, está basada en este descubrimiento real pero toda la trama que lo rodea, principalmente la romántica, es fruto de la imaginación del escritor J. Preston.

El filme está muy bien logrado, con una fotografía y un vestuario que nos introduce de inmediato en la historia.

Las interpretaciones de Carey Mulligan (“Never Let Me Go”, “Promising Young Woman”) en el papel de la dueña de casa, Edith Pretty; Ralph Fiennes (“The English Patient”, “The Gand Budapest Hotel”) como el excavador autodidacta Basil Brown; Lily James (“Rebecca”, “Downton Abbey”) como la antropóloga Peggy Piggott; Johnny Flynn (“Emma”, “Stardust”) como Rory Lomax, el primo de la señora Pretty; Archie Barnes (“Patrick”) como el hijo de la señora Pretty, Robert y Ken Stott (“The Hobbit” -la saga-, “Devils”) como el arqueólogo Charles Phillips aportan el espíritu exacto que necesita una película de este género, entre otros actores.

La guionista fue Moira Buffini (“Jane Eyre”, “Harlots”) basándose en la historia del escritor y periodista inglés John Preston (“Ghosting”, “Ink”).

La película, que tiene una duración de 112 minutos y que sin lugar a dudas recomendamos ver, fue estrenada en el Reino Unido el 29 de enero del 2021 e inmediatamente pasó a Netflix.

Acerca del escritor de La excavación, John Preston

La novela histórica The Dig, del periodista y escritor inglés John Preston (n.1953) fue publicada en el 2007. Es una historia ficticia basada en hechos reales y gozó de muy buenas críticas.

La novela está contada en primera persona por distintos personajes que se alternan.

John Preston es sobrino de una de las excavadoras de Sutton Hoo, Peggy Piggott (1912-1994) profesora de Arqueología en la Universidad de Edimburgo, a quien no tuvo la posibilidad de conocer personalmente pero accedió, gracias a uno de sus familiares, al diario de su tía.


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