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Munich: the Edge of War o Múnich en vísperas de una guerra, por Netflix

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La triste historia de este filme es conocida por todos. Nos encontramos en 1938 con el Primer Ministro británico Naville Chamberlain, el dictador alemán Adolf Hitler, el dictador italiano Benito Mussolini y el Primer Ministro francés Édouard Daladier.

El Führer tiene la firme intención de invadir Checoslovaquia y recuperar territorio que consideraba alemán. En el continente europeo nadie quiere una Segunda Guerra Mundial y las dolorosas cicatrices que la Primera Guerra Mundial dejó al pueblo y a sus gobernantes los hace caer en la trampa mortal que desde el lado alemán se les tiende (quienes hayan leído alguna vez las siguientes palabras que dijo Hitler a sus generales en 1939 enterderán bien de qué les estoy hablando: “Nuestros enemigos son pequeños gusanos, los vi en Múnich”).

La película está enfocada desde el lado británico, con un Primer Ministro bienintencionado, anciano y enfermo convencido que firmando el acuerdo de paz que el Führer propone se evitará un enfrentamiento bélico. Con un escenario que nos lleva, casi sin anestesia, a la Segunda Guerra Mundial vemos a niños con máscaras de gas y a un pueblo agitado por la incertidumbre sobre el futuro.

Pero este filme también nos presenta a dos ex estudiantes de Oxford que harán lo imposible por desenmascarar a Hitler: Hugh Legat, diplomático británico Secretario del Primer Ministro Chamberlain y el alemán Paul von Hartmann, segundo traductor del Führer, quien forma parte del staff del Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania.

Gracias a algunos flashback, con el correr de los minutos vamos a ir conociendo mejor el pasado de estos jóvenes, sus ideas y esperanzas para el futuro, cuando los alemanes apoyaban a Hitler y creían en el cambio que proponía. Esto unido al duro presente que cada uno de ellos vive, nos transforma en sus fieles cómplices para llevar a cabo un plan que, lamentablemente, nunca se concretó.

No podemos negar que el acuerdo de Múnich de 1938 es parte de la historia, es tan real como los millones de muertos que la Segunda Guerra Mundial dejó; el resto es ficción y nos enfocaremos en este particular.

Los personajes ficticios de Legat y von Hartmann (se cree que el primero está inspirado en el historiador y poeta británico Alfred Leslie Rowse -aunque R. Harris, autor del libro “Múnich ” en el cual se basa la película dijo que era una figura completamente inventada- en cambio el segundo, según el escritor, está inspirado en la figura del abogado opositor al régimen nazi Adam von Trott zu Solz) son quienes manejan los hilos de Múnich en vísperas de una guerra.

El centro de la historia tiene inicio cuando la secretaria y amante de von Hartmann le entrega un escrito confidencial gracias al cual se pueden ver claramente las intenciones de Hitler.

Si bien su amistad con Legat sufrió un final abrupto cuando eran estudiantes, el alemán hace todo lo posible para que su viejo amigo viaje a Múnich.

El viaje de Legat se concreta y a partir de aquí nos encontramos con escenas que nos transportan a las viejas películas de espías, en blanco y negro, cuando los documentos comprometedores y las armas se escondían en el baño y los diplomáticos usaban los trenes como medio de transporte.

Legat y von Hartmann ponen en peligro sus vidas cada vez que se encuentran, se pasan información o simplemente se miran en alguna reunión.

La intención del alemán y sus amigos es poner fin a la vida de Hitler, mientras que el diplomático británico se ve envuelto en una situación de espionaje no buscada por él. Pero cualquier riesgo es válido si se puede evitar el derramamiento de sangre de millones de personas.

Munich: the Edge of War está muy bien interpretada por George MacKay (“1917”, “Capitán Fantástico” o “Captain Fantastic”) como Hugh Legat; Jannis Niewöhner (“Jonathan”, “Cortex”) como Paul von Hartmann; el ganador del premio Oscar Jeremy Irons (“Mi secreto me condena” o “Reversal of Fortune”, “Watchmen”) como el Primer Ministro Neville Chamberlain; Alex Jennings (“La Reina” o “The Queen”, “The Lady in the Van”) como Sir Horace Wilson; Sandra Hüller (“Exil”, “Toni Erdmann”) como Helen Winter, la secretaria de von Hartmann; Domenico Fortunato (“007: Spectre”, “Bentornato papà”) como Benito Mussolini; Stéphane Boucher (“Black Box” o “Boîte Noire”, “Eiffel”) como Édouard Deladier y Ulrich Matthes (“La caída”, “Playing God”) como Adolf Hitler -sus miradas en esta película ponen los pelos de punta-.

El guionista fue Ben Power (“The Hollow Crown”, “National Theatre Live: Medea”) inspirado en la novela “Múnich” del escritor y periodista Robert Harris.

La dirección estuvo a cargo del alemán Christian Schwochow (“The Crown” -serie de TV-, “La invisible”).

Esta coproducción entre Reino Unido y Alemania se estrenó en Netflix a nivel mundial el 21 de enero del 2022 y tiene una duración de 129 minutos. Se filmó en escenarios reales, en el Reino Unido y Alemania.

Se trata de un thriller de espías original de Netflix muy recomendable para quienes son amantes del género intriga y suspenso y para los seguidores de R. Harris.

 

Múnich, el libro

Esta novela histórica fue lanzada el 21de septiembre del 2017 y, en líneas generales, fue muy bien recibida.

Como siempre digo, cuando una película está basada en un libro es bueno establecer un paralelo entre ambos, no con ánimo de crítica, sino como complemento.

Les dejo algunos párrafos del libro “Múnich”:

“Desde su privilegiado punto de observación, Legat podía ver a Winston Churchill inclinado hacia delante en la primera bancada de los conservadores junto al pasillo, escuchando con atención y acumulando un telegrama tras otro, que guardaba agrupados con una goma roja. En la tribuna, el anterior primer ministro, Stanley Baldwin, tenía los brazos apoyados en la barandilla de madera y observaba el desarrollo de la sesión como un granjero que hubiese acudido al mercado con su mejor ropa de domingo. Más allá, la pálida y empolvada efigie de la reina María, la madre del rey, contemplaba a Chamberlain inexpresiva. Cerca de ella se sentaba lord Halifax.” (…)

“—¿Y usted es…?
—Hartmann, mi Führer.
Cogió las dos hojas y empezó a leerlas, meciéndose levemente sobre los tobillos. Hartmann percibió una intensa energía a duras penas contenida. Pasado un rato, Hitler murmuró con desdén:
—Chamberlain esto, Chamberlain aquello, Chamberlain, Chamberlain… —Se detuvo cuando llegó al final de la primera página y flexionó la cabeza como si tuviese una contractura en el cuello. Luego siguió leyendo en voz alta con un marcado tono sarcástico—: ‘La descripción del señor Chamberlain de su último encuentro con herr Hitler es una prueba fehaciente de que su extraordinaria franqueza fue recompensada con el aprecio y el respeto’. —Volvió la hoja de un lado y del otro—. ¿Quién ha escrito esta basura?
—Es un editorial de ‘The Times’ de Londres, mi Führer.
Enarcó las cejas como si fuese lo esperable y pasó a la siguiente hoja.” (…)

Robert Harris es uno de los escritores ingleses contemporáneos más respetados. Nació en 1957, se graduó en la Universidad de Cambridge y trabajó como reportero de la BBC, fue redactor en jefe de la sección Política para el periódico “The Observer” y columnista en “The Sunday Times” y “The Daily Telegraph”.

Al finalizar el libro, en los Agradecimientos, Harris dice: “Esta novela es la culminación de mi fascinación por el Tratado de Múnich, que se remonta a más de treinta años atrás. Me gustaría dar las gracias a Denys Blakeway, el productor con el que realicé un documental televisivo de la BBC, ‘God Bless You, Mr. Chamberlain’, con motivo del decimoquinto aniversario de aquella conferencia en 1988. Desde entonces, ambos hemos seguido sanamente obsesionados con el tema”. (Me pareció interesante transcribir este texto.)

El escritor británico es autor, entre otros libros, de los thrillers “Patria”, “Enigma”, “El Poder de la Sombra” y de las novelas históricas “Pompeya” y la “Trilogía de Cicerón”

Dónde ver "Múnich en vísperas de una guerra"


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