Las últimas horas no fueron, seguramente, las mejores para Netflix; especialmente cuando la plataforma dio a conocer sus últimos desastrosos resultados financieros.
La baja en los suscriptores es solo uno de los problemas del Coloso del Streaming, que ahora debe explicar la situación en la que se encuentra. No es menor el tema de compartir las cuentas, sobre el cual Netflix está preparando un cambio (inevitable).
Durante la llamada que acompañó al comunicado de la empresa, la compañía también confirmó su intención de perseguir con decisión a todos aquellos que comparten su propia cuenta, ampliando el programa piloto ya iniciado en Chile, Costa Rica y Perú.
El sistema actual prevé la posibilidad de hacer lícito el intercambio de datos para acceder a la propia cuenta contra el pago de un extra de alrededor de € 2,71 al mes para la opción “Extra Member”, gracias a la cual es posible agregar hasta otras 2 personas a la propia cuenta, aunque en este caso todos tendrán datos de acceso distintos.
Obviamente esto se requiere solo en el caso en que los accesos extras los realicen personas que se encuentren fuera del núcleo familiar; aunque Netflix no es muy claro en cuanto a la modalidad en el que establecerá si una persona forma parte o no, del núcleo familiar.
En todo caso, los aumentos no se aplicarán inmediatamente. Por el momento, la empresa está continuando con su programa piloto que tiene como finalidad redefinir algunos detalles, como por ejemplo el precio final de todo el paquete.
Los test, que iniciaron en el mes de marzo pasado, continuarán por al menos un año, pero el camino trazado es claro y Netflix se prepara para extenderlo a otros mercados, incluso los Estados Unidos.
El gasto excesivo de Netflix, creando contenido muchas veces de baja calidad, la ha llevado a tener que aumentar el precio del abono y como consecuencia de esto a una pérdida de abonados
Considerando que los continuos aumentos en el costo de suscripción tuvieron un efecto negativo sobre el número de abonados, será interesante llegar a entender si este cambio resultará eficaz o si llevará a empeorar la situación.
Una situación en la que se ha metido Netflix por sus enormes gastos para producir contenido de, en muchísimos casos, cuestionable calidad. La realidad es que el concepto del servicio nació como una alternativa económica que además contaba con la posibilidad, fomentada por la misma empresa, de poder compartir las propias cuentas.
En estos momentos, más allá del anacrónico abono de 7,99 euros con contenidos con calidad SD (en la era del 4K), lo que debe pagar una familia está cercano a los 18 euros (casi el triple que la competencia), si a esto se deberá agregar un extra la cosa seguramente no mejorará para la empresa de Los Gatos, California.
La variable no puede pasar siempre por el que paga, Netflix deberá comprender que la indiscriminada creación de contenido con el consecuente aumento de los gastos debe ser redimensionada y ajustarse también a lo que propone la competencia (menos contenidos originales pero, en porcentaje respecto al total, de mayor calidad).
